En el ámbito de la contabilidad, el término construcción no se refiere únicamente a la edificación física de un inmueble, sino que tiene un significado más amplio y técnico. Se entiende por construcción en contabilidad a cualquier proceso que involucre la creación de un activo fijo, ya sea una edificación, una infraestructura o cualquier otro elemento que se clasifica dentro del patrimonio de una empresa y que se desarrolla mediante inversiones a largo plazo.
Este concepto es fundamental para empresas constructoras, pero también para aquellas que desarrollan activos fijos internamente. En este artículo exploraremos a fondo qué implica una construcción desde la perspectiva contable, cómo se clasifica, cómo se registra y los impactos que tiene en el balance general y la cuenta de resultados.
¿Qué es una construcción en contabilidad?
En contabilidad, una construcción es un tipo de activo fijo en proceso, que se clasifica dentro del grupo de inmovilizados. Este activo se genera mediante una inversión en la creación de una infraestructura o edificio que no existe previamente. Puede tratarse de una nave industrial, una oficina, una vivienda o incluso una carretera, según el sector económico de la empresa.
Las construcciones se registran en el balance general como inmovilizados en curso hasta que se finalizan, momento en el que se trasladan a su categoría correspondiente, como inmovilizado material (inmuebles). Durante el proceso de construcción, se van acumulando costos como materiales, mano de obra y gastos indirectos, que se imputan al inmovilizado en curso.
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Un dato interesante es que, en la contabilidad internacional (según las normas IFRS), las construcciones que se realizan para uso propio no se consideran como inmovilizados en curso, sino que se clasifican como activos de desarrollo, mientras que en la contabilidad española (según el PGC), se sigue el esquema tradicional de inmovilizados en curso. Esta diferencia es clave a la hora de interpretar estados financieros de empresas internacionales.
Cómo se clasifica una construcción en contabilidad
En el marco del Plan General Contable español, las construcciones se clasifican como inmovilizados en curso, dentro del subgrupo 34 del Activo no corriente. Este subgrupo incluye todos los activos fijos que están en proceso de adquisición o construcción, antes de su incorporación al inmovilizado definitivo.
Durante el desarrollo de una construcción, se van registrando los costos asociados, como adquisición de materiales, contratación de mano de obra, y otros gastos necesarios para su ejecución. Estos costos se acumulan en la cuenta 3400:Inmovilizados en curso – Construcciones, que se va completando a medida que avanza el proyecto.
Una vez que la construcción está terminada y se entrega para uso, se traslada al inmovilizado definitivo. Por ejemplo, si se trata de una nave industrial, se clasificará como Inmovilizado material – Instalaciones técnicas. Si es una oficina, se registrará como Inmovilizado material – Terrenos y bienes inmuebles. Este traslado implica una revalorización del inmovilizado y la posible depreciación futura.
Diferencias entre construcciones y otros inmovilizados
Una construcción en contabilidad se diferencia de otros tipos de inmovilizados, como los adquiridos a través de compra, en que su valor no se determina por el precio de adquisición, sino por los costos directos e indirectos incurridos durante su desarrollo. Esto incluye no solo los costos de materiales y mano de obra, sino también los intereses financieros que se consideren capitalizables si el proyecto dura más de un año.
Otra diferencia clave es que, durante la fase de construcción, no se aplica depreciación, ya que el activo no está aún en uso. Solo se inicia la depreciación una vez que el inmovilizado se ha incorporado al balance como activo fijo. Además, las construcciones pueden estar sujetas a auditorías más estrictas, ya que su valor puede ser objeto de estimaciones y cálculos complejos.
Ejemplos de construcciones en contabilidad
A continuación, presentamos algunos ejemplos claros de cómo se registran las construcciones en contabilidad:
- Construcción de una fábrica por una empresa manufacturera: Se crea la cuenta 3400 (Inmovilizados en curso – Construcciones), y se van cargando los costos de materiales, mano de obra y otros gastos. Al finalizar, se traslada a la cuenta 3100 (Inmovilizado material – Instalaciones técnicas).
- Construcción de un edificio de oficinas por una empresa de tecnología: Mientras se construye, se registran los costos en la cuenta 3400, y una vez terminado, se traslada a la cuenta 3110 (Inmovilizado material – Terrenos y bienes inmuebles).
- Construcción de una carretera por una empresa de infraestructuras: En este caso, si la carretera se construye para uso propio, se clasifica como inmovilizado en curso y, tras su finalización, se incorpora como inmovilizado material.
Estos ejemplos muestran cómo la contabilidad trata a las construcciones como activos que evolucionan a lo largo del tiempo y que requieren un tratamiento contable específico.
El concepto de inmovilizado en curso
El concepto de inmovilizado en curso es fundamental para entender cómo se trata una construcción en contabilidad. Este término se refiere a activos fijos que están en proceso de adquisición o construcción y, por tanto, no están aún disponibles para su uso.
Durante este periodo, los costos asociados a la construcción se acumulan en la cuenta correspondiente, sin aplicar depreciación. Solo cuando el activo está terminado y listo para su uso, se traslada al inmovilizado definitivo, a partir del cual se inicia la amortización o depreciación.
Este proceso permite a las empresas seguir un registro contable ordenado y transparente, evitando la distorsión de resultados por la acumulación prematura de gastos. Además, facilita una mejor planificación financiera, ya que permite identificar cuáles son los activos en proceso de desarrollo y cuáles ya están operativos.
Tipos de construcciones en contabilidad
Según la naturaleza y finalidad de la obra, las construcciones en contabilidad se pueden clasificar de la siguiente manera:
- Construcciones para uso propio: Son las que se realizan para satisfacer necesidades internas de la empresa, como oficinas, naves industriales o almacenes.
- Construcciones para terceros: En este caso, la empresa actúa como contratista, construyendo un inmueble para un cliente. En este caso, el inmovilizado en curso pertenece al cliente, y la empresa registra una operación de ventas en tránsito.
- Construcciones en régimen de cooperativas: En este modelo, varios socios colaboran en la construcción de una vivienda o inmueble, aportando capital y otros recursos.
- Construcciones de infraestructuras públicas: Realizadas por empresas bajo contrato con el Estado o administraciones públicas.
Cada tipo de construcción tiene una metodología contable diferente, dependiendo de quién sea el propietario del inmueble y cómo se financia el proyecto.
El tratamiento contable de las construcciones
El tratamiento contable de las construcciones implica varios pasos claves:
- Ingreso de costos: Se registran los gastos relacionados con materiales, mano de obra, servicios y otros elementos necesarios para la obra.
- Capitalización de intereses financieros: Si el proyecto dura más de un año, los intereses de los préstamos utilizados pueden capitalizarse y sumarse al valor del inmovilizado en curso.
- Traslado al inmovilizado definitivo: Una vez terminada la obra, se traslada el activo a su categoría correspondiente y se inicia su depreciación.
Este proceso debe ser documentado adecuadamente, con facturas, contratos y otros soportes legales, para garantizar la correcta contabilización y cumplimiento normativo.
¿Para qué sirve clasificar una construcción en contabilidad?
Clasificar una construcción en contabilidad tiene varias finalidades:
- Facilitar la gestión financiera: Permite a los contables y directivos conocer el estado de avance de los proyectos y el impacto en el balance.
- Cumplir con normativas contables: Las normativas, como el PGC o las IFRS, exigen una clasificación precisa para garantizar la transparencia y fiabilidad de la información financiera.
- Planificar la depreciación: Al conocer el tipo de inmovilizado al que pertenece la construcción, se puede aplicar la tasa de depreciación adecuada una vez que el activo esté en uso.
- Contabilizar correctamente los costos: La clasificación permite acumular los costos asociados a la obra de manera precisa, evitando errores en el cálculo del valor del inmovilizado.
En resumen, la clasificación contable de una construcción no solo es un requisito legal, sino también una herramienta estratégica para la toma de decisiones empresariales.
Sinónimos y términos relacionados con construcción en contabilidad
Además del término construcción, en contabilidad se utilizan otros sinónimos y expresiones relacionadas, como:
- Inmovilizados en curso
- Inmovilizados por construir
- Inmovilizados en desarrollo
- Activos fijos en proceso
- Activos de desarrollo
Estos términos se usan en contextos específicos, dependiendo de la naturaleza del activo y del marco normativo aplicable. Por ejemplo, en las normas IFRS, se prefiere el término activos de desarrollo, mientras que en el PGC español se utiliza inmovilizados en curso.
El impacto de las construcciones en el balance general
Las construcciones tienen un impacto directo en el balance general, ya que se clasifican como inmovilizados no corrientes. Durante el periodo de construcción, aparecen en la sección de inmovilizados en curso, y una vez finalizados, se trasladan al inmovilizado definitivo.
Este traslado afecta a la estructura del balance, ya que incrementa el valor del inmovilizado y, por tanto, del patrimonio neto, si no se ha amortizado. Además, al iniciar la depreciación, el inmovilizado afectará la cuenta de resultados, reduciendo el beneficio neto con el importe de la amortización anual.
Por otro lado, las construcciones también influyen en la estructura financiera de la empresa, ya que suelen financiarse a través de préstamos a largo plazo, lo que afecta la estructura de pasivos y el endeudamiento.
Significado de construcción en contabilidad
El significado de una construcción en contabilidad trasciende lo físico y se convierte en una representación financiera de un activo en proceso de desarrollo. Este activo se construye con el objetivo de aumentar el patrimonio de la empresa o satisfacer necesidades internas de infraestructura.
La contabilidad debe reflejar con precisión los costos asociados, los avances de obra y la transferencia al inmovilizado definitivo. Esto implica una planificación cuidadosa, ya que cualquier error en la contabilización puede llevar a una valoración incorrecta del patrimonio o a una distribución errónea de costos.
El significado también incluye la responsabilidad de los contables de garantizar que los registros reflejen la realidad económica y cumplir con las normativas contables aplicables.
¿Cuál es el origen del término construcción en contabilidad?
El término construcción en contabilidad tiene su origen en el lenguaje de la ingeniería y la arquitectura, pero fue adoptado en el ámbito financiero para describir el proceso de creación de un inmueble o infraestructura a través de inversiones.
A principios del siglo XX, con el auge del capitalismo industrial, muchas empresas comenzaron a construir sus propios inmuebles para albergar sus operaciones. Esto dio lugar a la necesidad de una contabilización específica para este tipo de activos, que no se adquirían directamente, sino que se desarrollaban internamente.
Con el tiempo, el uso del término se extendió a otros tipos de activos fijos que se construyen internamente, como maquinaria especializada, instalaciones industriales o incluso software en desarrollo, dependiendo del contexto contable.
Variantes y sinónimos de construcción en contabilidad
En contabilidad, se utilizan diferentes términos para describir el mismo proceso de construcción, dependiendo del marco normativo aplicado:
- Inmovilizado en curso (PGC español)
- Activos de desarrollo (IFRS)
- Inmovilizado por construir
- Inmovilizado en desarrollo
- Inmovilizado en proceso
Estos términos son intercambiables en ciertos contextos, aunque su uso varía según la normativa aplicable. Por ejemplo, en las empresas que siguen las normas IFRS, los activos construidos internamente se registran como activos de desarrollo, mientras que en el PGC se clasifican como inmovilizados en curso.
¿Cómo se contabiliza una construcción en contabilidad?
El proceso de contabilizar una construcción implica varios pasos:
- Creación de la cuenta de inmovilizado en curso (cuenta 3400 en el PGC).
- Registro de los costos asociados a la obra: materiales, mano de obra, gastos indirectos.
- Capitalización de intereses financieros si la construcción dura más de un año.
- Traslado al inmovilizado definitivo al finalizar la obra.
- Iniciación de la depreciación o amortización según el tipo de activo.
Este proceso debe registrarse con la metodología adecuada, utilizando documentos como facturas, contratos y recibos, y debe cumplir con las normativas contables aplicables.
¿Cómo usar el término construcción en contabilidad y ejemplos de uso?
El término construcción se utiliza en contabilidad de varias formas, tanto en documentos internos como en estados financieros. Algunos ejemplos de uso incluyen:
- En el balance general: La empresa tiene una construcción en curso por valor de 500.000 € clasificada en el inmovilizado no corriente.
- En el informe contable: Durante el ejercicio, se inició una construcción para uso propio, con un avance del 60%.
- En el diario contable: Cargo a inmovilizados en curso – Construcciones por 10.000 € por la adquisición de materiales.
- En el estado de cambios en el patrimonio neto: La incorporación de un nuevo inmovilizado, tras la finalización de una construcción, ha incrementado el patrimonio neto en 300.000 €.
Impacto fiscal de las construcciones en contabilidad
Las construcciones también tienen un impacto fiscal significativo. Durante el proceso de construcción, pueden aplicarse beneficios fiscales como el IVA diferido, siempre que la obra se realice para uso propio. Este IVA puede ser recuperado una vez que el inmueble se pone en uso.
Además, una vez que el inmovilizado está en uso, se pueden aplicar deducciones fiscales por amortización, lo que reduce el impuesto sobre beneficios. Sin embargo, si la construcción se realiza para terceros, el tratamiento fiscal será distinto, ya que se contabilizará como una operación de ventas.
Es fundamental que los contables y asesores fiscales trabajen conjuntamente para garantizar que el tratamiento contable y fiscal de las construcciones sea correcto y se aprovechen al máximo las ventajas tributarias disponibles.
Errores comunes en el tratamiento contable de construcciones
Algunos de los errores más comunes al contabilizar una construcción incluyen:
- No capitalizar los intereses financieros cuando el proyecto dura más de un año.
- No trasladar el inmovilizado en curso al inmovilizado definitivo tras la finalización de la obra.
- Incluir gastos no relacionados con la construcción en la cuenta de inmovilizado en curso.
- No aplicar la depreciación una vez que el activo está en uso.
- Clasificar incorrectamente el inmovilizado, lo que puede afectar a la depreciación y a la valoración.
Estos errores pueden llevar a una valoración incorrecta del patrimonio y a una distorsión de los estados financieros. Por ello, es fundamental revisar los registros contables con frecuencia y aplicar auditorías internas.
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